Al pensar en educación, generalmente la primer imagen en la que se piensa es en la de un salón de clases saturado, un profesor que es incuestionables, un ambiente donde sólo uno o dos alumnos acaparan toda la clase, y un entorno donde pareciera que se estimula más para memorizar que para aprender; repetir en lugar de comprender.
Pero no toda la educación en nuestro país es así: el sistema modular se basa en los principios del teórico Jean Piaget, y se puede resumir en fomentar que el alumno conozca y explore la realidad, más allá de sólo copiarla y memorizarla. Entre las características más interesantes que ofrece este sistema educativo, y las cuales se podrían trasladar a los procesos de educación básica, son las siguientes:
La participación de los alumnos en el proceso de aprendizaje: Esto se enfoca en incentivar a los alumnos a investigar, conocer y comprender algún tema en particular relacionado con la materia que se estudia; ya sea mediante prácticas de campo, investigaciones, exposiciones, etc.
Nueva función del profesor: En este punto se plantea asignarle un nuevo rol al docente, para que coordine las actividades de los alumnos y participe con ellos, más allá de ejercer un rol autoritario.
Espacios físicos que estimulen el proceso de aprendizaje: Más allá de tener una serie de pupitres acomodados en filas, donde muchas veces los alumnos más tímidos se esconden en la parte trasera del salón, estos nuevos espacios intentan crear un ambiente adecuado para la exploración y la participación de toda la clase.
Participación de los alumnos en los procesos de aprendizaje: Por medio de un espacio físico adecuado, se promueve la participación de todos los alumnos en los temas que se discuten en clase, esto para prevenir que un pequeño grupo de alumnos que levanta la mano todo el tiempo, cree un monopolio dentro de las discusiones del aula.
El sistema modular, no es, y no ha sido perfecto, hay profesores a los que les ha costado llevar sus clases de acuerdo con los principios de este modelo. Sin embargo, si se organiza y se gestiona de manera correcta, es posible que se pueda llevar a niveles de educación básica, donde en vez de lapidar la curiosidad de los niños y jóvenes, se les brinde un espacio donde puedan participar en clase, cuestionar su entorno, y ser artífices de su propio conocimiento.